<aside> ✍️ El Método Lean Startup por Eric Ries. 💻 Análisis de Nestor Álvarez.
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El libro parte en la idea central de que la mayoría de las startups y los nuevos productos fracasan como consecuencia de no seguir el proceso adecuado. El autor, un emprendedor desde inicios de este siglo, piensa que podemos aprender el proceso para desarrollar el potencial de nuestros negocios. Como consecuencia de su experiencia construyó el método "Lean" (que vendría siendo la traducción del inglés "apoyarse").
Desde una perspectiva general, el principal problema que tienen las startups es centrarse en procesos tradicionales, como priorizar un plan concreto, un estudio de mercado, entre otros. La cuestión es que las startups operan en entornos de mucha incertidumbre, donde ni siquiera es posible saber con certeza quiénes serán los clientes, cuáles serán los productos o servicios que prevalezcan en el tiempo, y ni siquiera cómo serán los procesos logísticos.
El método sugerido por el autor requiere que adaptemos nuevas formas de medir el progreso de una startup. La productividad no puede centrarse solo en realizar una tarea en específico durante toda una carrera profesional, pues el progreso de una empresa se ve en el desarrollo de sus miembros, lo cual no es posible ejecutando una sola acción sin ocuparse por el aprendizaje y las relaciones sociales. De allí que, el modelo propone una estructura diferente a la tradicional división por departamos, impulsa la creación de equipos de trabajo conformados por distintos talentos.
A su vez, el método Lean Startup busca que la visión de la compañía nunca se pierda, pero comprende que la estrategia y los productos o servicios sí deben ajustarse a fin de optimizar los procesos.
Clayton Christensen llama innovación nutritiva a las mejoras que se hacen a productos, procesos o servicios existentes; y llama innovación disruptiva a la creación de cosas nunca antes vista y que marcan una base sólida para la sostenibilidad.
Los equipos de innovación en una Startup deben gozar de confianza y descentralización para poder aplicar las ideas de cada uno de sus miembros. La visión de una junta directiva que controla de forma rígida el proceso de innovación, es incompatible con la disrupción.
Aún así, para que un emprendimiento funcione es necesario aplicar el aprendizaje validado, a fin de conocer realmente qué quieren nuestros clientes potenciales y cuáles partes del proceso necesitamos cambiar. Al hacer referencia de una situación de extrema incertidumbre, básicamente es primordial conocer la realidad; de nada sirven las estrategias y estudios de mercado previos, pues en la marcha es cuando una startup literalmente aprende. Cumplir a cabalidad una estrategia inicial no tiene ningún sentido si dicho plan no se amolda a la realidad.
Todas aquellas acciones destinadas a generar un producto o servicio, que no dan beneficios ante las necesidades reales del cliente, es un despilfarro que no crea valor. El hecho está en que la productividad de una startup se percibe en aprender qué necesita el cliente y ajustar el producto o servicio hacia ese propósito.
Necesitamos observar a las startups como una especie de experimento científico, donde la "hipótesis" es nuestra "visión empresarial"; así pues, comprendemos que el mejor estudio de mercado es poner en marcha nuestro modelo de negocio a pequeña escala, a fin de validar dos hipótesis: la de valor y la de crecimiento.
En una startup, nada es tan valioso como la información, incluso lo es por encima del dinero. Por ello, el inicio debe estar enfocado en producir un producto mínimo viable (PMV) que, además de ahorrarnos tiempo, dinero y energía en su desarrollo, nos va a permitir cumplir con el propósito elemental: medir para tener información. Es necesario tener una estrategia, construir indicadores de gestión que nos permitan obtener información respecto al mercado objetivo que hemos apuntado; la evaluación no se debe quedar solo en apreciaciones cualitativas, pues de forma equilibrada se deben utilizar ambas fuentes de datos: indicadores cuantitativos y cualitativos (entrevistas).
Entretanto, el método Lean nos invita como emprendedores a validar nuestras hipótesis de creación de valor y crecimiento de nuestra idea de negocio en primera persona, es decir, observar por propia cuenta ese posible mercado objetivo que hemos detectado. Con esto quizás no encontremos las respuestas suficientes para consolidar el estudio del mercado, pero sí podemos utilizar esa información como el primer conjunto de definiciones, a fin de comprender si nuestra idea realmente funciona y de qué manera se debe aplicar para que beneficie al consumidor.
Generalmente, existen contradicciones entre el producto ideal que desea un emprendedor y la intención de compra del cliente, pues en diversos casos de éxito se percibe que los primeros usuarios quieren adquirir el producto no porque este funcione a la perfección y cubra una amplia variedad de problemas, sino que prefieren ser los primeros en utilizar un producto prometedor. Nuevamente, allí la importancia de crear un producto mínimo viable que, más allá de ser el producto final y sin errores, pueda resaltar su valor al consumidor y potencial de crecimiento económico para la startup.
Comúnmente el producto mínimo viable va a fallar, pero allí no se acaba el espíritu emprendedor. De hecho, encontrar los fallos y darles solución significa "pivote", lo cual nos permite mejorar la estrategia para cumplir nuestra visión.